Impuestos a los servicios digitales en América Latina: Pro, contras y de qué va todo esto

En los últimos años, un debate sobre el impuesto a los servicios digitales ha venido intentando romper paradigmas. Los gobiernos, sobre todo, se están preguntando cosas como ¿dónde exactamente los gigantes del mundo digital crean valor imponible?

¿Es, por ejemplo en el caso de Facebook, en Menlo Park, California?, el lugar en el que los trabajadores se sientan a debatir ideas, innovar, programar y crear. O es, si consideramos a Netflix, ¿su propiedad intelectual?; Tal vez para Spotify, Uber y/o Youtube, son sus usuarios. ¿Tienes tú alguna idea de qué es?

La respuesta es simple. Es, de hecho, una fórmula “casi” mágica. Si hablamos de impuestos digitales, no estamos haciendo referencia a las oficinas de Mark Zuckerberg, fundador de la red social que nos mantiene conectados con amigos y familiares, en los Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo. Por el contrario, tiene que ver con las transacciones realizadas de manera electrónica.

Para hablar del tema, que, de hecho, se presenta bastante distinto para cada país, hemos hablado con el experto Carlos Dutra, que cuenta con más de 10 años de experiencia en el ámbito fiscal.

Carlos Dutra, además, es especialista en Derecho Tributario por el Instituto Brasileño de Estudios Tributarios (IBET), con Máster en Derecho Económico y Social por la PUCPR y Miembro de la Comisión de Derecho Tributario y Derecho Cooperativo de la OAB-PR (Colegio de Abogados de Brasil en Paraná) y del Instituto Brasileño del Derecho Tributario (IBDT). A continuación te enseñamos los temas clave del asunto.

El IVA digital aplica para…

El Impuesto al Valor Agregado (también conocido como IVA), tiene la función de evitar que ocurra la llamada tributación en cascada, o sea, que el valor del tributo se vaya acumulando a lo largo de la cadena de circulación, según explica Carlos Dutra.

En este sentido, el mismo aplica a toda aquella compra-venta que genere ingresos ingresos y egresos reales, a pesar de estarse realizando en el entorno de Internet. ¿Un ejemplo? los anuncios, las suscripciones, comisiones, entre otras.

No obstante, para Dutra, la definición del lugar para la tributación siempre ha sido algo bastante controvertida, pero, por regla general, en relación al Impuesto sobre Servicios en Brasil, por ejemplo, la tributación debe ocurrir en el lugar en que esté domiciliado el prestador del servicio.

América Latina y el IVA a los bienes y servicios electrónicos

Algunos países en América Latina ya han establecido regulaciones en este sentido; Según Dutra, las primeras actitudes globales de tributación de servicios digitales, comenzaron a regir a partir de 2014. En la región, comenzó un poco después.

Colombia fue pionera en la contemplación de impuestos de esta índole, estableciendo la regulación para servicios electrónicos adquiridos mediante empresas extranjeras, en enero de 2017. El país liderado por Iván Duque Márquez, establece un 19% de impuestos al valor agregado. Posiblemente en este punto te estarás preguntando: ¿cómo lo nota el usuario? Pagando un incremento en el costo de los productos y/o servicios. Por ejemplo, Netflix. Antes de la medida su costo era de 32.900 pesos y después de 39.151. Es decir, pasó de 11,2 a 13,3 dólares.

En Argentina se comenzaron a pagar desde mediados del año 2018 (abril y julio), y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha informado que ya han generado unos 19,1 millones de dólares, con motivo de ello. El país gobernado por Mauricio Macri, estipula un 21% de IVA para las compras electrónicas. Pero además, subdividen los servicios en dos. Uno: los que prestan servicios puros como HBO y su nueva opción televisiva en línea; y los que venden bienes y servicios como eBay, Amazon o Mercado Libre. Asimismo, la normativa contempla a las aplicaciones que aunque no venden ni prestan servicios, establecen publicidad.

Chile trabaja en un proyecto de modernización tributaria que es muy interesante, porque considera distintos pagos dependiendo de la persona contratante. En ese sentido, recomienda un pago del 10% para personas naturales, que es retenido y pagado por las empresas que emiten las tarjetas de crédito. Por otro lado, en el caso de las personas jurídicas, se tributa un impuesto adicional cuya tasa puede llegar a ser de hasta el 35%.

En México también debaten un proyecto de ley que planea cobrar un 3% de impuestos a las personas que usan este tipo de productos y servicios de la economía digital.  Finalmente, tanto Paraguay, Costa Rica como Brasil, se encuentran dando avances para establecer regulaciones en la materia.

En este último país, según Carlos Dutra, la tributación es de competencia de los Municipios desde que se instituyó el llamado ISS (Impuesto sobre Servicios), pero también existen dos tributos que inciden sobre servicios, de competencia nacional, cuáles sean, PIS y COFINS. Así pues, Dutra aclara que el ISS varía de acuerdo con el Municipio en el que está establecido el proveedor del servicio, con una alícuota mínima del 2% y máxima del 5%. El PIS y COFINS tienen alícuotas que varían del 0,65% al ​​7,6%.

¿Cuál es la diferencia de tributación entre negocios B2C y B2B?

En lo que se refiere al Impuesto sobre Servicios, no hay diferencia si el servicio se presta al consumidor final o a una empresa. Para Carlos Dutra, en Brasil, por ejemplo,  la diferencia de tributación entre negocio B2C y B2B ocurre cuando se está ante la comercialización de una mercancía, sujeta a la incidencia del ICMS (Impuesto sobre la circulación de mercancías y servicios).

En contexto: ¿por qué no pagaban impuestos las compañías digitales?

Siendo modelos de negocios relativamente nuevos, porque fue precisamente a finales del siglo XXI cuando comenzó la gigantesca carrera digital, había una brecha a nivel de impuestos que solo hasta ahora está comenzando a estrecharse.

En los últimos años se ha escuchado hablar sobre la evasión fiscal a la que incurren este tipo de «nuevas» empresas; sobre todo en los debates realizados en el parlamento europeo sobre el establecimiento del plan llamado “impuesto digital”, y de manera unilateral por el gobierno de España. Pero, siendo un nuevo modelo de negocios, realizar tal aseveración sería osado.

Para ponerlo en contexto, aunque el ejemplo a utilizar no es exactamente lo mismo: cuando el terrorismo comenzó a hacer estragos en el mundo, en el derecho internacional se sembró un vacío casi espeluznante. No existía una regulación para tales actos criminales y desde entonces se comenzó a trabajar en ello. Los Estados han sentado a sus representantes en mesas de trabajo multilaterales, han propuesto medidas, creado nuevas regulaciones, en fin, han trabajado en base a un fenómeno novedoso.

Esto significa que cuando lo nuevo aparece, es lógico que llegue junto a un vacío.

¿Qué dice Europa de todo esto?

En el caso de la Unión Europea, donde Francia y Alemania se presentan como líderes para poner solución al problema, Dinamarca ha advertido que la propuesta de cobrar un 3% de IVA a partir del año 2022, está diseñada para afectar sobre todo a las grandes empresas. Es decir, a las estadounidenses como Google, Apple, Amazon, entre otras, como ha informado Forbes. Lo que podría provocar un debate diplomático sin precedentes, que llevaría a estudiar asuntos no sólo económicos sino también políticos. Es decir, no se está hablando de una tarea sencilla; es más, se trata de un asunto tan delicado como la imposición de nuevos impuestos en materia de importación y exportación tradicional.

Para decirlo de la manera menos argumentada posible: Estados Unidos se pondría en posición de preguntar por qué son mis empresas las que se perjudican, y no las de otros países. Esto, sin hablar de la reciprocidad que podría llevar a la nación gobernada por Donald Trump, a crear “barreras” similares para empresas europeas.

Beneficios del IVA digital a los Estados

La modernización tributaria beneficia al país en el que se realicen las transacciones, a su Producto Interno Bruto, que a su vez ayuda a obtener recursos públicos para financiar asuntos como la educación, salud, vivienda, entre otras responsabilidades del Estado.

Uno de los grandes beneficios que vienen de la mano con los impuestos digitales, es la generación de dinero. En conjunto, todas las naciones miembros de la Unión Europea, esperan generar unos 5.000 millones de euros anuales. En Argentina, según ha publicado el Diario La Nación, se han generado 700 millones de pesos en cuatro meses.

Medidas discriminatorias y contras

La Computer & Communications Industry Association (CCIA), con sede en Europa, y que representa a grandes como Apple, Instagram y Amazon, lo ha dejado claro: lo que se plantea a nivel europeo es “discriminatorio” y “perjudicial” para la economía de la región, según lo que ha publicado el diario ABC. La pregunta que debemos responder es por qué esta aseveración tendría sentido.

El Director general de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), José Luis Zimmermann, le dijo a ABC, que en el caso de estos impuestos “deberían aplicarse sobre los beneficios, no sobre la facturación”. Básicamente porque los márgenes de ganancia son diferentes entre las compañías.

Aún existen cuestiones a considerar en el marco de la modernización de las leyes tributarias. Primero, y una de las cosas más elementales de todas, es porque el tributo fue ideado mucho antes de que siquiera pensáramos que existiría Internet. Lo digital es transnacional, desconoce fronteras, territorio y espacio, ¿cierto?

¿Cómo solucionar dicha “discriminación”?

Por otro lado, hay productos que se ven seriamente afectados por estas medidas. Por ejemplo, los libros, la música y los videojuegos. No obstante, hay países que como Brasil, garantizan la inmunidad de impuestos para la producción de libros, diarios y periódicos, interpretados de modo extenso hasta el punto de abarcar los e-books, según lo explica Carlos Dutra.

Estados Unidos, México y Canadá, firmaron recientemente un tratado que sustituirá al de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que contempla la prohibición de aplicar impuestos de aduana a productos digitales distribuidos de forma económica, como es el caso de libros, videos, Software, entre otros.

Hacia dónde se mueve la economía del mundo

Si hay algo que tener muy en cuenta, es que el futuro es digital. Sólo en 2016 los ingresos mundiales generados en Internet se estimaron en 27.7 miles de millones de dólares. Lo que es un equivalente a la quinta economía del mundo, según publicó El Economista de México.

El crecimiento de la economía de Internet es indiscutible, y la gran interrogante es si las medidas afectarán este crecimiento a largo plazo, y con ello, la debida evolución de la economía global.